Desde el hotel donde hemos sido realojados en espera de trasladarnos a los pisos, queremos expresar nuestro agradecimiento más profundo a todas las personas que han intervenido en solidaridad con nuestra lucha el día en que, utilizando una orden de desalojo sin valor legal, los antidisturbios de la guardia urbana han acabado con nuestras casas.
A todas las personas que han sufrido golpes, insultos, amenazas, intimidaciones, pedimos presentar denuncias; a todos y todas pedimos seguir acompañándonos, ya que la lucha de Bon Pastor no ha hecho más que empezar.
Nosotros seguiremos con nuestra batalla legal, hasta obtener las indemnizaciones que nos corresponden por ley. Sabemos que hay decenas de millones de euros de la UE, muchos de los cuales iban destinados a nosotros; pero se perdieron por el camino. La brutalidad policial del viernes tuvo una finalidad muy clara: asustar a los vecinos de las restantes 600 casas baratas, para que nadie se atreva a reclamar sus derechos.
La carga provocó más de 10 heridos. Se produjo delante de un colegio de primaria en horario escolar. Entre los heridos hubo jóvenes, ancianos, periodistas, e incluso algunos de los propios desalojados.
Fue un error que en los próximos días posiblemente se intentará justificar, quizás manipulando la información para que aparezcamos instrumentalizados por fuerzas ocultas ("grupos antisistema" o similares).
Los políticos siguen con su desprecio hacia nosotros: ahora dirán que estamos instrumentalizados porque nos siguen tratando de ignorantes, analfabetos, manipulables. Lo que deberán admitir es que sabemos lo que queremos: que se respeten nuestra dignidad, nuestras vidas, nuestras historias. Nuestro barrio.
A todas las personas que han sufrido golpes, insultos, amenazas, intimidaciones, pedimos presentar denuncias; a todos y todas pedimos seguir acompañándonos, ya que la lucha de Bon Pastor no ha hecho más que empezar.
Nosotros seguiremos con nuestra batalla legal, hasta obtener las indemnizaciones que nos corresponden por ley. Sabemos que hay decenas de millones de euros de la UE, muchos de los cuales iban destinados a nosotros; pero se perdieron por el camino. La brutalidad policial del viernes tuvo una finalidad muy clara: asustar a los vecinos de las restantes 600 casas baratas, para que nadie se atreva a reclamar sus derechos.
La carga provocó más de 10 heridos. Se produjo delante de un colegio de primaria en horario escolar. Entre los heridos hubo jóvenes, ancianos, periodistas, e incluso algunos de los propios desalojados.
Fue un error que en los próximos días posiblemente se intentará justificar, quizás manipulando la información para que aparezcamos instrumentalizados por fuerzas ocultas ("grupos antisistema" o similares).
Los políticos siguen con su desprecio hacia nosotros: ahora dirán que estamos instrumentalizados porque nos siguen tratando de ignorantes, analfabetos, manipulables. Lo que deberán admitir es que sabemos lo que queremos: que se respeten nuestra dignidad, nuestras vidas, nuestras historias. Nuestro barrio.
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