dilluns, 1 d’agost del 2011

La Barceloneta amenazada

Si hace cuatro años hablábamos de La Barceloneta prometida en referencia a la llegada de Itziar González y sus supuestos aires de renovación en relación a las políticas y las dinámicas del Distrito (fracasadas, tal y como demostró su tibia dimisión), hoy tenemos que cambiar el título y hablar de La Barceloneta amenazada.
Treinta años en la oposición le han dado a CiU un margen para el aprendizaje de sus adversarios y, si algo ha hecho en la campaña electoral referente al Distrito, es recordar continuamente la dificultad que supone gobernar. De esta manera pretende ir construyendo un muro de contención frente a las críticas y allanar el terreno para poder aplicar determinadas políticas una vez tomada la Regidoria.


Mientras Xavier Trias ha afirmado que «necessitem els turistes, no qualsevol, el turisme de qualitat», la previsible regidora del Districte, Mercè Homs, decía algo que no es la primera ni será la última vez que lo escuchemos: «volem recuperar el districte de Ciutat Vella per als veïns i per a les veïnes».
 Casi no hace falta decir nada más sobre estas dos declaraciones hechas en un acto de precampaña. Desde la óptica vecinal no son sino una contradicción. Pero ésta se resuelve al conocer la voluntad de CiU de retirar la normativa de los apartamentos turísticos y «flexibilizar» el Plan de Usos para no «espantar a los comerciantes y las inversiones».



Frente a esta declaración de intenciones del gobierno municipal aún no constituido, cabe preguntarse cómo se conjugan la recuperación del Distrito para los vecinos, y el seguir fomentando y sosteniendo el turismo, aunque sea de «calidad», un concepto muy subjetivo y una trampa lingüística para
promocionar espacios de lujo y de alto nivel adquisitivo. Circuitos que, al fin y al cabo, se basan en instalaciones de lujo y elitistas y que no son otra cosa que lugares inaccesibles para la mayoría de los ciudadanos, y cuya onda expansiva para el comercio tradicional es devastadora.

La crítica que CiU hace al actual Plan de Usos, al que considera demasiado restrictivo, en realidad está preparando la desregulación absoluta de algunos de los ámbitos que en los últimos años han sido puntos calientes de la movilización vecinal. El actual Plan de Usos, que regula la actividad comercial del territorio, fue elaborado con el modelo de participación vecinal estilo PSC con un toque de Itziar González: recopilar reivindicaciones vecinales que luego no se ven reflejadas sobre el papel más que en alguna concesión. Como ejemplo, en este caso se lograría la no concesión de más licencias de hotel, aunque con la trampa de poder trasladar geográficamente las licencias, entre otros lugares a La Barceloneta, por cierto; o una normativa más restrictiva con los apartamentos turísticos y las tiendas de souvenirs. Frente a esto, Trias, en lugar de incrementar las garantías que exigen los vecinos hace años, pretende destruir los
pocos límites existentes a la economía turística: fomentar la afluencia de visitantes, flexibilizar el Plan de Usos y retirar la normativa que regula los apartamentos turísticos.

Todo apunta a que estamos ante una ofensiva en el terreno del comercio y la vivienda. Los apartamentos turísticos son la conversión de un bien básico en un negocio, y el monopolio turístico en general condiciona la supervivencia del comercio tradicional, necesario para que un barrio sea un espacio que habitar. Resulta difícil imaginar cómo implementarán políticas que conjuguen derechos básicos con la promoción turística del Distrito. Pero podemos pensar en cuestiones concretas: CiU criticó la forma en que se aprobó in extremis antes de
acabar el mandato la reforma del Moll dels Pescadors y de la Nova Bocana, destinadas a hacer esos dos espacios más atractivos al turismo. ¿Será coherente y replanteará la aprobación y el proceso de elaboración?

Si se trata, como afirma el decálogo de CiU para Ciutat Vella, de potenciar «la posada en marxa de processos de participació reals, incloses les consultes ciutadanes, sobre les principals problemàtiques de cada barri», lo más consecuente es suspenderlo y emprender un proceso de participación vecinal
con los agentes implicados para elaborar unas reformas que realmente se ajusten a la realidad y necesidades sociales actuales de la Barceloneta. ¿Qué sucederá también con la redacción del nuevo plan urbanístico para el barrio? ¿La participación vecinal será vinculante? ¿Se llevará a cabo o esquivarán
la capacidad propositiva acumulada por el tejido social de nuestro barrio? La recuperación del Distrito para los vecinos sólo puede pasar por fomentar y potenciar esas redes y esa capacidad de construir y proponer desde abajo. No obstante, las declaraciones de CiU apuntan a que todo se reduce a mantener las calles limpias y ordenadas.

Cortinas de humo que no son sino parches para un territorio fuertemente afectado por la crisis y que necesita, hoy más que en años anteriores, una comunidad cohesionada y activa.

Los recortes en sanidad (un ERE de 194 personas planteado para el Hospital del Mar, es la concreción en el barrio de lo que ya estamos sufriendo) afectarán a la
parte de la población con menos recursos del barrio. En otro orden de cosas, se ha prometido la pronta construcción del CEIP Mediterrània, y no dudamos de que ésta se efectuará, ya que el conflicto por el colegio ha tenido una amplia repercusión mediática, y ha sido una de las bazas electorales que CiU ha jugado en el Distrito. Empezaría con muy mal pie si no hubiera cumplido su promesa al
llegar a la Casa Gran. Y si cuando se trata de realizar promesas electorales el dinero sí que existe, veremos cómo concretan otras promesas más genéricas cuya implementación muchas veces dependerá, o eso dirán,
de los presupuestos.

Tradicionalmente la derecha se ha decantado más hacia los agentes económicos y ha aplicado socialmente políticas asistenciales y caritativas, y parece que CiU,
desde la adquisión de una retórica que habla de la participación y de la importancia de los vecinos, no dejará de seguir esa línea. Frente a la Barceloneta amenazada por los recortes, los vecinos tendremos que fortalecer la Barceloneta combativa.