LA VANGUARDIA, 29/12/2008
(POR ENRIC SIERRA)
Lo vienen diciendo las diversas entidades que trabajan en el ámbito de las ayudas sociales. Las peticiones de apoyo económico se están multiplicando, y muchas de las asociaciones que atienden a las familias más necesitadas no dan abasto. La situación empieza a ser muy preocupante porque la cola de personas con problemas crece y crece sin que la sociedad sea capaz de absorber esa demanda. Las administraciones están perfectamente informadas de la situación, y algunas de ellas ya han previsto destinar más dinero a fines sociales en los presupuestos del año que empieza esta misma semana. La pregunta que se hacen las entidades sociales es hasta dónde llegará el dinero solidario, puesto que los ayuntamientos también están notando la crisis y sus recursos económicos han caído espectacularmente desde que se ha cortado el maná inmobiliario que tanto ha alimentado hasta ahora las arcas municipales.
Para acabar de complicar la situación, empiezan también a percibirse ciertas políticas urbanísticas planteadas durante la década de los noventa. El ejemplo más claro se está dando en el distrito de Ciutat Vella de Barcelona. Es ésta una de las zonas de la ciudad que más recursos públicos, en microurbanismo e inversiones sociales, han recibido en los últimos 20 años. El objetivo era evitar un gueto de pobreza y discriminación. Los resultados de esta política se están notando ahora. Lo dicen también las entidades sociales que desde hace décadas trabajan en la zona. La pobreza se está desplazando de estos barrios del centro de la ciudad hacia la periferia de Barcelona, especialmente hacia el norte de la capital catalana.
El último dato que confirma esta tendencia es el espectacular aumento del precio del alquiler en Ciutat Vella (1.106,5 euros al mes). Es el cuarto distrito de Barcelona más caro de la ciudad, tras Sarrià, les Corts y el Eixample, y ha sufrido un incremento del 82% en los últimos cinco años. Los nuevos barrios emergentes en la acogida de familias de bajo poder adquisitivo son los que se ubican en Nou Barris, en particular Trinitat, y en los municipios colindantes de Santa Coloma de Gramenet o Sant Adrià del Besòs.
Barcelona ya se consolida como la ciudad más cara de España y va camino de conseguir la misión urbanística de no tolerar que haya ni una sola zona de pobreza. ¿Colocaremos el cartel de aquí sólo se permite la residencia a la gente rica? No lo creo, aunque, en la práctica, acabe siendo así. Barcelona se deshace de todo lo que le molesta, basuras, cárceles, coches, industrias sucias, etcétera y sólo acepta lo que genera riqueza. Quizá ahí radique la desconfianza de los alcaldes vecinos a la hora de crear el nuevo gobierno metropolitano.
Article aportat per VEI
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