dilluns, 7 de desembre del 2009

Los problemas de convivencia generados por algunos ‘sin techo’

Ciutat Vella idea un plan contra el alcoholismo crónico en la calle

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

La concejala de Ciutat Vella, Itziar González, ha solicitado a la concejalía de Acción Social y a la Conselleria de Salut de la Generalitat la creación de un plan de actuación específico para abordar el alcoholismo crónico en el distrito, ya que la adicción al alcohol es uno de los denominadores comunes de la mayoría de los sin techo que sobreviven en las calles de Ciutat Vella, «un mal propio de los centros históricos de muchas ciudades», como recuerda González.
Hasta el momento no existe ningún plan municipal que aborde esta cuestión con educadores de calle que orienten a los sin techo hacia programas que traten esa enfermedad, algo que sí sucede con otros colectivos, como los toxicómanos. No existe, pero por poco tiempo, ya que, según González, en la primera reunión mantenida para solicitar el servicio, hace 15 días, todos los interlocutores se mostraron muy receptivos, y el objetivo es que en el 2010 ya esté en funcionamiento.
Todavía no disponen de detalles sobre su despliegue, pero el objetivo del programa es redirigir a estas personas hacia los servicios sociales ya existentes de ayuda a personas alcohólicas, «para afrontar el problema desde la raíz». «No me resisto a ver cada día a la misma mujer destrozándose el hígado en la calle y no hacer nada. Este programa puede ser una vía para rescatar a estas personas de la calle», explica la concejala, quien paralelamente lleva años tomando medidas para afrontar el problema desde otros ángulos, como el urbanismo preventivo (sillas en lugar de bancos, evitar crear esquinas, tapiar escaleras que no se usan para impedir que sirvan de casa improvisada...). Pero el objetivo ahora es introducir la cuestión de salud.

REALIDADES DIVERSAS / En la calle existen realidades muy diversas. Los que González bautizó al llegar a la concejalía de Ciutat Vella como nómadas urbanos son personas que han decidido «voluntariamente» (por los motivos que sea) vivir en la calle. «Las mejoras que han experimentado las ciudades hacen que sea posible sobrevivir en ellas de forma relativamente fácil», relata. El problema surge cuando ese tipo de personas que han decidido no ser parte del sector productivo pretenden apropiarse de espacios públicos.
Para luchar contra este fenómeno, muy común en el distrito, se han tomado varias medidas. Además del urbanismo preventivo y del futuro plan contra el alcoholismo, otra de las apuestas, iniciada este verano en la Barceloneta y que se exportará a otros puntos, es «llenar de vida esos lugares». Contraprogramar la actividad de los nómadas. «Ellos también quieren estar tranquilos. Si se instalan en una plaza y tú empiezas a programar en ella actividades y la llenas de gente y de música, les molesta y se van», relata. Y prosigue con un contundente «el mensaje que tenemos que transmitirles es claro: no dejaremos que privaticen los espacios que son de todos».
No existen cifras sobre el número de este tipo de sin techo (con un perfil más joven que los indigentes que no lo son por elección personal), en el distrito. Va fluctuando, y al ser nómadas, nunca se sabe. Pero cuando aparecen, son una molestia para los vecinos, sobre todo si son agresivos (conducta que en muchas ocasiones es consecuencia del alcoholismo). Vecinos y restauradores de la Barceloneta y de la plaza de los Àngels, dos de las zonas donde estos colectivos han encontrado un lugar relativamente confortable en el que vivir, han denunciado el problema en reiteradas ocasiones.
González también plantea una reordenación de los «excesivos» servicios de baja exigencia que se concentran en el distrito. «Es positivo que haya muchas entidades y servicios de voluntariado, pero tenemos que trabajar conjuntamente para llegar a resolver la situación, en lugar de perpetuarla», concluye.

Publicat en el Periódico