ALTAIR BLOG, 15/04/2008 (CUADERNO DE AVIDAL)
Desde hace unos años hemos asistido impasibles al deterioro de Barcelona. La vida es cada día más complicada en esta ciudad. El servilismo sin condiciones al turista ha ido cambiando de forma drástica nuestra vida diaria. Aunque ese no es el único problema.
Me pregunto en muchas ocasiones si vale la pena ser cómplice de este circo. Quién calla, otorga, asume, obedece.
Obviamente el problema no es solamente del turista sino también de los anfitriones y del centenar de personas que controla la ciudad en todos sus frentes.
Los precios siempre al alza no se corresponden con la oferta de la ciudad. La calidad de las propuestas citadinas ha mermado considerablemente en estos años. Los restaurantes de comida rápida y negocios dedicados al visitante proliferan a ritmo feroz. Cada día quedan menos lugares auténticos o destinados al ciudadano que vive en Barcelona. La vida cultural merece capítulo a parte.
Fenómenos como el ‘bicing’ han cambiado la fisonomía de la ciudad, ahora invadida por cientos de paradas repletas de feas bicicletas. Como en todo lugar destinado a las vacaciones los nuevos ciclistas invaden las aceras sin el mínimo respeto al peatón. Eso si, una iniciativa ecológica y sin duda lucrativa.
Circular por Barcelona hoy requiere de estrategias y cierta planificación. Es necesario evitar ser engullido por masas de turistas “playeros” que han tomado el centro de la ciudad sin mayor resistencia, con el beneplácito de los locales. No hace muchos meses los hooligans inundaron de pipi y basura el centro de la ciudad sin que nadie se pronunciara.
Hace muy poco recibo una carta de desalojo de la vivienda en la que llevo ocho años felizmente instalado. Están transformando el edificio en apartamentos turísticos. No es ninguna novedad para nosotros. Llevamos más de dos años con obras en el edificio y aguantando las borracheras o festejos ruidosos de nuestros nuevos vecinos. El alquiler por días es una formula más rentable que por meses. Poco importa desalojar a familias si a cambio podemos triplicar el negocio funcionando como hotel.
Me decido a llamar para informarme de si el inquilino tiene derecho a protestar. Es injusto que a pesar de las carencias que tenemos en tema de vivienda ahora tengamos que sumarle la lucha contra nuevas formas de negocio y especulación a partir de un derecho fundamental. Pero la respuesta es predecible. Aquí todo el mundo hace lo que le da la gana.
Encuentro en prensa ‘’ El auge de los pisos turísticos de la Barceloneta expulsa a los vecinos . Los inquilinos no logran renovar los contratos y las viviendas se destinan a alquileres por días. Los residentes dicen que la presencia masiva de visitantes crea graves problemas de convivencia. La contabilidad no engaña: un mismo piso de unos 30 metros cuadrados en la Barceloneta genera entre 400 y 800 euros al mes con un alquiler convencional pero puede reportar de 1.800 a 3.000 euros si se alquila temporalmente a turistas. El suculento negocio está llevando a muchos propietarios a no renovar los contratos de sus inquilinos para sacar al mercado sus apartamentos de alquiler por días. Los vecinos denuncian que el barrio se está convirtiendo en un "hotel gigante" a costa de expulsar a sus residentes’’ .
Mi primer vistazo al mundo de los alquileres en Barcelona después de unos años de ignorar el asunto no deja de sorprenderme. Los precios por m2 de alquiler son un exceso. Parece que la crisis en el sector inmobiliario ha animado a los propietarios a alquilar por el elevado precio de sus hipotecas o para esperar futuros momentos de bonanza en los que poner de nuevo su piso en venta. La situación es tan desmesurada que por ejemplo hay quién anuncia Estudio de 18m2 en zona Mercat de Sant Antoni a 550 Euros/mes o quién me dice personalmente que por 300.000 Euros vende su zulo de 25m2 en Ciutat Vella.
Barcelona se ha convertido en un parque de atracciones y los pronósticos no son demasiado alentadores.
Article aportat per VEI
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