Dos días antes de la intervención de la justicia en el Palau de la Música, la subcomisión de Urbanismo de Barcelona aprobó el instrumento administrativo que posibilita la construcción del hotel del Palau de la Música, diseñado por Óscar Tusquets. Un proyecto impulsado por la Fundación Orfeó Català-Palau de la Música que ahora, con la investigación de un supuesto delito de desvío de fondos y falsedad cuyo principal querellado es Fèlix Millet, presidente de la citada entidad, podría verse afectado en función de las decisiones que tomen sus gestores.
Las administraciones consorciadas del Palau -central, Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona- preparan el relevo de Millet al frente del comité ejecutivo del consorcio, que se reunirá esta semana. Las tres administraciones también son vocales de la fundación. La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, aseguró ayer que mantendrá una "postura compartida" con el resto de las administraciones y que sus decisiones irán enfocadas a "proteger" las inversiones públicas.
El Orfeó Català y la Fundación del Palau de la Música impulsaron hace tres años el proyecto de construir un hotel de lujo, del mismo arquitecto que realizó la ampliación del Palau, Óscar Tusquets. El director de la fundación, Fèlix Millet, fue uno de los padres de la idea de que el Palau requería tener un hotel de su mismo nivel justo al lado. Ahí empezó una complicada operación urbanística que no hubiera sido posible sin el apoyo de la Generalitat y del Ayuntamiento.
La fundación compró tres fincas colindantes del Palau al colegio de la Salle en la calle de Sant Pere més Alt. Al tratarse de suelo calificado urbanísticamente como equipamiento, era imposible construir un hotel. Para poderlo hacer se ideó una permuta con otro edificio -éste con clave edificable válida para hotel- de la Generalitat, situado en el número 1 de la calle de la Ciutat. En resumen, los 5.000 metros cuadrados del edificio de la Generalitat de la calle de la Ciutat volaron a Sant Pere més Alt y los 3.900 metros de equipamientos de las tres fincas de esa calle se desplazaron a Ciutat. Para compensar la diferencia de metros cuadrados, el convenio al que llegaron la fundación y la Generalitat establecía que la primera pagaría a la segunda 3,6 millones de euros. La contrapartida para la ciudad debería ser la cesión de un solar en Ciutat Vella para levantar vivienda pública.
Ha sido un proyecto polémico desde su inicio porque, entre otras cosas, suponía el derribo de dos fincas. Algo que fue vetado por Patrimonio de la Generalitat, lo que obligó al arquitecto a modificar el proyecto inicial. La oposición vecinal contra la construcción de un hotel más en una zona con fuerte presión turística consiguió que el futuro establecimiento -de 76 habitaciones- no tenga aparcamiento. Ahora los servicios de Urbanismo del Ayuntamiento trabajan en la definición del plan especial para construir el hotel. "De momento, desarrollamos el planeamiento urbanístico. Si finalmente se hace o no, eso no es cuestión nuestra", señaló un alto responsable municipal, sin descartar que el proyecto acabe frenándose
Publicat per Blanca Cia en el País
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