dissabte, 14 de març del 2009

Xerrada lluita al Port 1976-1988


Puerto de Barcelona 1976-1988

Miguel Garau

Si hubiera que fijar una fecha, hablaríamos de que el 12 de diciembre de 1976 arranca la lucha de los estibadores en el Puerto de Barcelona.

Ese día la Coordinadora de Organizaciones Sindicales (COS) que agrupaba a la mayoría de sindicatos aún ilegalizados, convoca una huelga general en todo el Estado. Será la última gran movilización de los sindicatos con el fin de medir sus fuerzas en pleno proceso de negociación de las bases del nuevo Estado democrático. Como en otros muchos lugares la huelga acabó con despidos, que en el caso del Puerto fueron siete, todos ellos estibadores y miembros de CCOO. Aun así este sindicato se negó a llevar a cabo movilizaciones para conseguir su readmisión. No así sus compañeros que lucharon durante 21 días para conseguir su vuelta al trabajo.

¡Veintiún días inolvidables! De nuestra voluntad colectiva había surgido el grito de ¡Huelga en defensa de nuestros compañeros!

Con esta huelga y con las que posteriormente se desarrollaron en el marco portuario entre 1979 y 1988, asistimos al principio del fin del ciclo de luchas autónomas que comenzara en el Estado español en 1969-70. Huelgas que recorrieron como una mecha encendida los años setenta. Blansol, Harry Walker, Bultaco o Roca entre otras, se convirtieron en exponentes de la autoorganización de la clase obrera al margen de los sindicatos clandestinos. Los estibadores, encargados de la carga y descarga de mercancías, vieron en estas huelgas un modelo a seguir. Un modelo que llegaba al Puerto en un momento político clave (la Transición) en el que las huelgas autónomas y espontáneas trataban de disputar el protagonismo a unas Comisiones Obreras cada vez más burocratizadas y jerarquizadas.

Los trabajadores, decepcionados por la postura de los sindicatos, respondieron organizándose a través del órgano mejor capacitado para proteger sus intereses: la asamblea. La propia estructura laboral de los puertos facilitó esta labor. En el puerto era de obligado cumplimiento presentarse cada mañana ante las puertas de la Organización de Trabajos Portuarios (OTP), para desde allí ser redistribuidos a los muelles. Estas reuniones matinales facilitaron la toma de contacto entre los estibadores.

Fueron el caldo de cultivo para la reflexión y la discusión de su situación socio-laboral, fomentando el compañerismo y la toma de conciencia colectiva expresada en una serie de reivindicaciones compartidas.

Al día siguiente de los despidos, los estibadores decidieron iniciar la huelga por su readmisión. Mediante una asamblea, surgida en principio de forma fortuita, acordaron dotarse de un comité de huelga formado por delegados revocables en cualquier momento, y que tenía la misión de coordinar las acciones de protesta. Si bien esta huelga no logró el retorno de los despedidos, consiguió que calase un mensaje entre los trabajadores portuarios: «La defensa de nuestro puesto de trabajo ha de hacerse por nosotros mismos o no se hará». Bajo esta consigna, compartida por la inmensa mayoría de los estibadores, nació una organización asamblearia, unitaria, de clase, independiente, y democrática: la Organización de Estibadores Portuarios de Barcelona (OEPB), bajo cuyas siglas se expresaba la vocación de autoorganización de los estibadores. Desde el mismo momento en el que se dotaron de esta «organización», y siempre con una perspectiva más práctica que formal, se conminó a los enlaces sindicales a que rompieran con el sindicato vertical y se sumaran a la asamblea de todos. Así lo explicaban los propios estibadores:

La huelga exigió un contacto diario de la asamblea para estar informado y controlar directamente el alcance de nuestra acción. Teníamos que ser los auténticos protagonistas de nuestras decisiones. Se exigió por asamblea a nuestros compañeros que dimitiesen como enlaces del sindicato vertical. [...] La asamblea eligió a un comité de huelga: delegados que no tenían poder de decisión, ni de negociación más allá de lo decidido por la asamblea y que eran revocables en cualquier momento


Extraido del libro: Conflictos obreros en los años 70 (a partir de la página 143 el Puerto de Barcelona 1976-1988)


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1 comentari:

Anònim ha dit...

També es pot descarregar el vídeo de la web de espai en blanc,

http://www.autonomiaobrera.net/,
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