El futuro hotel junto al Palau de la Música nacerá gracias a una carambola propia del mejor jugador de billar. La operación consiste en una permuta de suelo de equipamiento del Orfeó Catalá por otro urbanizable de la Generalitat. El Orfeó —que gestiona el Palau de la Música— comprará por 3,6 millones de euros la calificación de "uso residencial" con que está etiquetada la finca de la calle de la Ciutat, número 1. Ahí la Generalitat tiene sus servicios jurídicos, mientras que el uso de "equipamiento" de los edificios donde se alzará el hotel vuela a la plaza de Sant Jaume. Y la diferencia de metros cuadrados que hay entre los edificios pasará al Ayuntamiento para pisos sociales.
La Asociación de Vecinos del Casc Antic y Barcelona Vella rechaza la operación porque considera que es un trato de favor para el Orfeó, que podrá hacer un hotel a costa de suelo público. Aducen que se compra el derecho a construir pisos en un edificio de la Generalitat que nadie pensaba convertir en viviendas para hacer un hotel donde no se podía. El Consistorio dice que todo es correcto. De hecho, se hacen no pocas permutas urbanísticas aunque la mayoría de ellas están ligadas a promotores inmobiliarios. La constructora de Núñez y Navarro ha logrado varias, igual que ocurrió en la operación de la clínica Quirón, sujeta todavía al pronunciamiento de los tribunales. Hasta el propio Consistorio ha llegado a comprar aire —literalmente— para evitar que se pudieran edificar remontas sobre edificios catalogados.
El proyecto de elevar un hotel junto al Palau de la Música, al estilo de las grandes óperas europeas, nació con la compra del Orfeó de tres edificios del colegio La Salle a cambio de mejorar sus instalaciones. El plan ha estado envuelto en la polémica desde que el Orfeó lo encargó al arquitecto óscar Tusquets porque, para empezar, suponía el derribo de dos fincas, la 13B y la 15 de Sant Pere més Alt. La primera de ellas es un edificio modernista de Millas, situado en la esquina de Sant Pere més Alt con Amadeu Vives.
La comisión de Patrimonio de la Generalitat rechazó la demolición de las dos fincas catalogadas y ordenó conservar las fachadas y la alineación de la calle. "Es una ocasión histórica perdida", lamentó Tusquets en un desencantado manifiesto. Ahora diseña un nuevo proyecto de dimensiones más reducidas. Y esa modificación ha sido el único consuelo para parte del barrio, que está fracturado en dos: unos no quieren ni oír hablar del hotel (presentaron 3.500 firmas en contra) por estar la zona saturada de turismo. Los comerciantes, en cambio, lo defienden. El distrito de Ciutat Vella impulsó un proceso de participación que nunca entró a discutir el hotel, sino que se adecuara al entorno "y no al revés", matizan fuentes del distrito. Por ejemplo, que el aparcamiento fuera más pequeño para limitar el tráfico.
Patrimonio de la Generalitat bendijo el cambio de usos de las fincas, paso indispensable para construir el hotel. Para ello, es necesaria una modificación del Plan General Metropolitano. Y ahí nace la carambola. Los 3.900 metros cuadrados de suelo de equipamiento de Sant Pere més Alt —del Orfeó— se desplazan al número 1 de la calle de la Ciutat. Y los 5.000 metros cuadrados de ese edificio con clave urbanizable —que acogen dependencias de la Generahtat y un banco, que ahora se mudará— "vuelan" a Sant Pere més Alt. Esa operación se plasmó en un convenio firmado entre el Orfeó y la Generalitat en 2006 y el precio fijado por la compra de esa edificabilidad fue de 3,6 millones de euros, una cantidad que, según la Generalitat, espera cobrar cuando la permuta sea efectiva. Otras fuentes conocedoras de la operación señalan que ese pago, en realidad, no se realizará porque la Generalitat entrará en el patronato de la Fundació de I'Orfeó. Este diario no ha logrado conocer la versión del Orfeó Catalá.
Publicat en el País
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