dissabte, 7 de febrer del 2009

UN PASADO DE PESCADORES, BAÑOS Y FÁBRICAS (ERNEST ALÓS)

V.E.I
VÍCTIMA
ESPECULACIÓN
INMOBILIARIA


28 de febrero del 2003 (número especial del diario "El Periódico" por el 250 aniversario de La Barceloneta)

Al principio, era el mar. El espigón del puerto empezó a acumular arena a sus espaldas. Surgió un arenal, y en él un barrio de barracas. Hasta que en 1753 se edificó una pequeña Barcelona fuera de las murallas, por orden del capitán general y con diseño del ingeniero militar Juan Martín Cermeño: una cuadrícula de casas con planta baja y piso, para no bloquear la línea de tiro de la Ciutadella. La primera piedra se conserva: "A la formacion de este pueblo se dió prinsipio en 3 de febrero de 1753".

El barrio de los oficios de ribera se convirtió a mediados del siglo XIX en una zona industrial. Y siempre fue un espacio de desahogo lúdico de la ciudad. De 1833 al 1900 acogió la única plaza de toros de la ciudad, el Torín. Y los baños de mar aparecieron ya en 1820: el Astillero, San Miguel, los Orientales, los de San Sebastián...Después, la piqueta, y la playa, vacía pero abierta.

La historiadora de la Barceloneta Mercè Tatjer explica que "lo que siempre ha singularizado a la Barceloneta han sido la playa y los pescadores. En el 1900, el 80% de los cargadores y descargadores del puerto vivían en el barrio. Y aún en 1972, prácticamente todos los pescadores de Barcelona. Pero hasta el cierre de la Maquinista, en el barrio había más obreros". La Maquinista Terrestre y Marítima, fundada en 1856, reconvertida en fábrica de armas en 1936 (lo que atrajo con particular furia los bombardeos). trasladó sus talleres en 1964. La Catalana de Gas, instalada en 1845, cedió en 1986 sus terrenos a la ciudad. De los astilleros Nueva Vulcano, fundados en 1834 y donde se construyó el primer barco a vapor de toda España, apenas quedan unos talleres. Hoy son pocos los pescadores y trabajadores del puerto. La industria se ha ido. Quedan los jubilados y los restaurantes. Y, sobre todo, la mar.

UN FUTURO CON LA APUESTA DE TRES GRANDES PROYECTOS (CARLES COLS)

Tres proyectos urbanos en curso transformaron esta década la vida cotidiana de la Barceloneta, algo aislada durante décadas del resto de la ciudad y, en consecuencia, primordialmente volcada sobre el mar. Gas Natural, que nació precisamente en el barrio, vuelve a sus orígenes con una torre diseñada por el fallecido Enric Miralles y su esposa Benedetta Tagliabue junto al pasaje de Salvat Papasseit. No muy lejos, frente a la playa, crece a buen ritmo el futuro Parc de Recerca Biomèdica, y al otro lado de la Barceloneta debería levantarse el hotel vela de Ricardo Bofill.

El barrio quedará así rodeado (en el buen sentido) de tres potentes focos del sector terciario. Aquella Barcelona que encabeza a menudo las clasificaciones elaboradas por revistas económicas de ciudades a las que los profesionales europeos querrían ir a vivir quedará, tal vez, muy bien representada.

La transformación más profunda que experimentará el barrio, sin embargo, será otra. Sucederá de puertas hacia dentro. El ayuntamiento de Barcelona elabora actualmente un pormenorizado censo de la vivienda del barrio para, en los próximos ocho o diez años, poner fin de forma escalonada a los peores casos de los cuartos de casa. Diversas promociones públicas realizadas durante los últimos años han permitido ya una cadena de traslados de familias a nuevos pisos, de modo que se han demolido unos 750 cuartos de piso, un 9% del total de vivienda del barrio.

El plan, no obstante, pretende ir más allá. Una vez radiografiado el barrio, el ayuntamiento quiere aprovechar parte de los antiguos terrenos de cercanías de Renfe para levantar en ese solar un conjunto de edificios que, de nuevo en una cadena de traslados, permitan rehabilitar las construcciones en peor estado de la zona. Nacerá así la Barceloneta del 2010.