El Ayuntamiento de Barcelona inaugura un nuevo servicio para  móviles. Además de saber el estado del tráfico en la ciudad, la  situación de los puntos wifi o las estaciones de bicing -cosas así-,  permitirá que los ciudadanos informen, por escrito o con fotos, de  incidentes que se produzcan. La inauguración se hizo ayer porque así  coincidía con el Mobile World Congress. La dirección del invento es www.bcn.cat/mobil.  Es ahí donde hay que enviar las fotos de las anomalías que se vean. La  idea recuerda la que en el 2007 anunció Bloomberg, alcalde de New York.  Se trataba de un nuevo servicio que permitía que se enviasen fotos a una  central de emergencias. Dijo: "Si un ciudadano ve que se está  cometiendo un delito, o que hay un edificio en condiciones peligrosas,  podrá transmitir imágenes con su móvil a la central o a la web del  Ayuntamiento". La prensa explicaba que,  gracias a esas fotos, no sólo habían conseguido detener a atracadores,  sino que también habían reparado fugas de agua, baches, socavones...
Pero releo el titular de la noticia del nuevo servicio barcelonés y  me invade una sensación ya conocida. "Los ciudadanos podrán enviar  fotos de incidencias del Ayuntamiento al instante", pone. Y pienso: si  les envío la foto de una bici circulando a toda velocidad por la acera,  entre los peatones, ¿actuarán por fin? ¿Cómo puedo creérmelo, si a veces  hay urbanos donde eso sucede y apartan la mirada para no tener que  involucrarse? Si les envío la foto de los tipos que a la una de la  madrugada la emprenden con una cabina telefónica hasta hacerla añicos,  ¿me harán más caso que cuando les telefoneo y me ignoran? Si les envío  por el móvil la foto del hombre que se baja los pantalones y se pone a  cagar en los jardines de la Escola Massana, ¿qué harán? ¿Se la  enmarcarán? Si tuviesen la más mínima intención de hacer algo, hace  tiempo que lo habrían hecho. ¿Hace falta alguna foto de las docenas de  coches que van a vender trastos a  las tiendas cash converter y aparcan con impunidad en medio de la  calle, desde primera hora de la mañana hasta última hora de la tarde, si  cada día pasa lo mismo y los urbanos no se enfrentan a ellos? Si  enviamos fotos de móvil de los perros que se mean en la arena de las  zonas infantiles de los parques de Barcelona, ¿reaccionarán? Si les  envío una foto (¿qué digo una foto? ¡un vídeo con sonido y todo!) del  escándalo que, cada noche de fin de semana, organiza la casa okupada La  Finka -avenida Mistral, 61-, ¿actuará el Ayuntamiento, si los vecinos  que viven al lado llevan meses denunciando que no pueden dormir y no les  hacen ningún caso?
Evidentemente, no. Su inoperancia ya es crónica. Eso sí, gracias a  los avances tecnológicos ahora podremos comprobarla también por móvil.  Enhorabuena.
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