dilluns, 30 de juny del 2008

BCN WEEK (Nº 56, NOVIEMBRE 2007)

V.E.I
VÍCTIMA
ESPECULACIÓN
INMOBILIARIA

EDITORIAL DE "LA MARCA BARCELONA" (DAVID TRESSEL)

Como ya mencioné anteriormente, BCN Week colabora con el programa de cultura de Ràdio 4 "Nautilus" cada miércoles. A causa de esto, he tenido la oportunidad de conocer a artistas de todo el mundo que han decidido llamar a BCN "hogar". Gente como Jorge Rodríguez - Gerada, Liz Kueneke o Ricardo Duque, entre otros. Los creadores mencionados arriba definen su trabajo como un intento artístico por describir la comunidad en la que ellos/as viven, compartiendo un diálogo con aquellas personas que hacen un barrio y promoviendo la duración de estos diálogos y relaciones. El tema de la identidad es recurrente en estos artistas. Eso refleja el hecho que todos nosotros estamos interconectados/as y dependemos el uno del otro en caminos que posiblemente sean de una comprensión imposible, que no somos entidades separadas o que no lo podemos llegar a ser.

La sociedad requiere interacción humana y, debido al compacto diseño urbano de BCN, nuestros barrios pueden ser tan amistosos como conflictivos. El entresuelo de mi edificio es un piso patera. Muchas noches durante la semana, y sobre todo en los fines de semana, escucho los gritos de frustración de un borracho o el ruido de los platos rotos (señal de rabia por una difícil convivencia en un espacio demasiado limitado, con personas sin mucha esperanza). Mi vecino/a me preguntó en la calle recientemente si mi pareja y yo habíamos roto; el balcón de mi habitación parece una pantalla de televisión para el balcón de su comedor. Así es la vida en BCN: íntimamente compartida.

Si eres nuevo/a en la ciudad, quizás sólo estés aprendiendo los encantos de los diferentes barrios; muchos de ellos todavía mantienen el sentimiento de pueblo. Y, si estás aquí desde hace un buen tiempo, seguro que pensarás lo mismo que yo: BCN es la más grande de las ciudades pequeñas en las que he vivido.

LAS CAPUCHAS DE BARCELONA: GRAN CIUDAD - PEQUEÑOS MUNDOS (LIZ KUENEKE)

Fui a tomar un café al Eixample y dejé mi estilo de barrio para deslizarme en un "chic" suéter. En el "pueblo" de La Barceloneta, mi vieja sudadera y unas zapatillas deportivas hubieran valido. La refinada intimidad de una cercana y silenciosa conversación en el Eixample es desconocida en La Barceloneta, allí la gente grita. El alto volumen lo permite la verticalidad: de una planta baja a la cuarta, o de una tercera a la quinta. Una amiga se refería a una mujer que estaba hablando alto detrás suya como "del barrio", y yo le respondí, "¿cómo lo sabes?". Ella respondió, "se nota". El aislamiento y/o la historia política y comercial han creado marcadas diferencias entre los barrios de Barcelona: Gracia tenía su propia ciudad antes de ser devorada por BCN; las localizaciones montañosas de Sarrià y Horta les han dado un sentimiento de separatismo; la industria de Pueblo Nuevo hace décadas que se trasladó a Shanghai, pero el barrio todavía permanece como una fábrica cinco minutos después de que sonara el silbato de fin de la jornada y las máquinas pararan.

Trabajando como una artista que investiga la identidad y el lugar, durante años he preguntado a personas en BCN, México, Noruega, Alemania y EEUU que me marcaran en el mapa los lugares que las definen. La primera y más entusiasta marca es siempre, "Aquí vivo". Las personas están orgullosas de sus simbióticas relaciones con sus lugares. BCN ofrece una bonita variedad de posibilidades para encontrar tu simbiosis. Si a ti te gustan los barrios en los que siempre hay que ir "trajeado", entonces considera el Eixample. Si puedes tolerar ver a tu vecino/a desnudo/a -y viceversa- a través de las ventanas de las calles estrechas, quizás estés interesado/a en La Barceloneta. Y, cuando necesites un cambio de escenario, siempre estarás a un breve viaje de metro de conocer "otro mundo".