Cambio radical en la dirección del distrito más complejo y que mejor explica las contradicciones de la Barcelona actual. Itziar González, la personalidad menos ortodoxa de la política municipal, una rara avis sin sujección a partido alguno, dispuesta a innovar los métodos de gestión y, sobre todo, a anteponer los intereses de los vecinos a cualquier otra cosa, dejó ayer de ser oficialmente concejal de Ciutat Vella. El pleno del Ayuntamiento aceptó su renuncia al cargo –en el que sólo ha aguantado tres años– en una sesión extraña, mediatizada por la ausencia de la ya ex concejal, plenamente justificada por razones familiares.
A Itziar González le sustituye ni más ni menos que el concejal más estrechamente vinculado al partido que gobierna la ciudad. El alcalde Jordi Hereu ha decidido rebobinar y reponer al frente de Ciutat Vella a Carles Martí, que aúna en una misma persona la condición de primer teniente de alcalde y de primer secretario de la federación local del PSC. Una manera de asegurarse que en este distrito, escaparate de las glorias y las miserias de la Barcelona global, quien manda es el partido.
La renuncia de Itziar González, de la que todavía se desconocen algunas de las causas, y el regreso de Martí a la concejalía de Ciutat Vella, que ya ocupó en el anterior mandato municipal, entre los años 2003 y 2007, ha sido recibida por las entidades del distrito con recelo. La mayoría interpretan este regreso al pasado como la confirmación de que el Ayuntamiento se ha plegado a lo más fácil, a las inercias de un mercado que ha hecho del centro de la ciudad un territorio entregado por completo al turismo, que realza los aspectos positivos de esta actividad –que sin duda los tiene y son muchos– pero que no hace nada para corregir las servidumbres que provoca.
Durante toda la semana la intervención de los grupos municipales en la despedida formal de Itziar González estuvo en el aire. A los socialistas les incomodaba la alta probabilidad de que la oposición cayera en la tentación de aprovechar el cambio de guardia en Ciutat Vella para desnudar al gobierno municipal y pregonar su supuesta desunión y fragilidad. La ausencia de Itziar González enfrió un poco esos ánimos.
Todos, sin excepción, hablaron en términos elogiosos de la ausente. El popular Alberto Fernández, con guante blanco, dijo que "hoy no es momento de críticas (al gobierno)". "La renuncia de Itziar González –añadió– no implica una crisis de gobierno, pero sí es cierto que Ciutat Vella puede estar en crisis si no hay unidad de criterio entre el distrito y el Ayuntamiento".
Tanto el republicano Jordi Portabella como el ecosocialista Ricard Gomà loaron el trabajo realizado por la ex concejal, su interés por la mejora de la calidad de vida de los vecinos y del espacio público, el trato dispensado a los grupos de la oposición y, en palabras de Portabella, su "alejamiento de todo partidismo". Mucho más lejos fue la concejal de CiU adscrita a Ciutat Vella, Mercè Homs, que se despidió de Itziar González calificándola de "compañera de proyecto".
Fue precisamente la edil convergente la única que no quiso desperdiciar la ocasión para disparar un torpedo a la línea de flotación de Hereu. Mercè Homs leyó una carta escrita por ella misma y dirigida a la ex concejal. Afirmó que a "la Itziar" la han derrotado "los que supuestamente iban en el mismo barco, los que un día tuvieron la buena idea de ficharla y que la han ido arrinconando hasta el punto de que ha vuelto a ganar lo de siempre, lo de hace 31 años, la inercia, lo conocido". "Es evidente –añadió– que el gobierno resta más de lo que suma, que prefiere volver a una manera de hacer política agotada, desilusionada y caducada".
Quien según CiU encarna esa forma de hacer política, Carles Martí, lamentó los "discursos fariseos de quienes le pusieron (a Itziar González) la zancadilla". El primer teniente de alcalde no escatimó tampoco las alabanzas a la mujer que él personalmente fichó para la candidatura del PSC en las elecciones del 2007 con la clara intención de que dirigiera el distrito. Martí se comprometió a andar por el camino trazado por Itziar González. También el alcalde, que cerró el turno de intervenciones, aseguró que el gobierno municipal y la ex concejal "seguiremos compartiendo proyecto" y que González "seguirá trabajando por esta ciudad".
Jordi Hereu afronta este relevo en Ciutat Vella a un año de las elecciones y cuando la proximidad del verano le obliga a redoblar la guardia en el centro de la ciudad. La noche anterior, en una visita con periodistas a la comisaría de la Guardia Urbana en la Rambla, se dirigió a los agentes del turno de noche para garantizarles que Ciutat Vella "será la prioridad para nuestra ciudad". Precisamente por eso, añadió el alcalde, ha asignado al distrito al número dos del Ayuntamiento. "Venimos a reforzar –prometió– todas las estrategias para Ciutat Vella, en especial en seguridad y convivencia.
Publicat per RAMON SUÑÉ en el diari La Vanguardía
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