Hace tres años, te escribí premonitoriamente una carta en esta misma columna: «[… ] Auguro que no durarás mucho en el cargo. Hay dos motivos para pensarlo, el primero es que, constándome tu honestidad, no podrás resistir mucho tiempo la contradicción de dormir con el enemigo. Llegado un momento, tendrás cortapisas en tu cometido. Poco a poco, verás cómo no avanzas, y al final, harta, preferirás dejarlo. El otro es que directamente te echen».
Nunca sabremos qué razones han provocado tu salida como regidora de Ciutat Vella, da igual. En cualquier caso, tu incorporación como independiente en el ayuntamiento fue una buena noticia. Y pese al precipitado final, podemos hacer un balance positivo para la ciudad. Siempre es mejor atreverse a gestionar, que criticar desde la barrera. Y también fue valiente por parte del ayuntamiento incorporar a gente sin carnet como tú, aunque posteriormente te afiliases al PSC aduciendo coherencia. La brecha está abierta para siempre: una ciudad no se gobierna por un partido, sino por un equipo eficaz e ilusionado, que comparte un programa común. El matiz es importante. Pero, sobre todo, una ciudad, y con más razón un barrio, se comanda avanzando en la democracia participativa. Sin apriorismos, con ideas claras, pero sabiendo escuchar e interpretar, y por supuesto, explicar a los gestionados, que no somos tan tontos. Eso merecemos los barceloneses después de 30 años de democracia, avanzar un paso más con los políticos y dotarnos de otro tipo de gestión más cercana. Por eso, tu marcha, aunque pueda parecer una pérdida –y para ti, cierta frustración–, ha sido en realidad una batalla ganada, un paso adelante sin vuelta atrás. Porque quien conoce el diálogo, ya no admite el ordeno y mando, así como quien ha probado la democracia, ya no tragará con el totalitarismo. Más tienes, más te gusta, más quieres.
Sinceramente, lamento haber acertado en mi diagnóstico, ojalá me hubiese equivocado y estuviésemos más maduros. Gracias y suerte en tu nuevo camino. Por cierto, ¿corrompe el poder, te cambia? Tampoco esta vez espero respuesta.
Publicat en el Periódico de Catalunya
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