(PUBLICADO EN LOQUO EL 02/06/2009, POR CÁNCER LUNÁTICO)
Hay cosas que a veces te sorprenden, unas por ingratas e injustas, otras por inesperadas y dolientes, y luego vienen las que más gracia te hacen, las que te deshubican.
Hoy hablaré de estas últimas, ya que por una vez, y sin ser muy amante de Barcelona, que en parte es una ciudad que me encanta, pero por otra me siento muchas veces agobiado por actos que se organizan, y que no son otra cosa que un aglutinador de gente en forma "bestia", recuerdo por un momento dos actos, celebración de la champions de este año, casi un millón de personas, o la rúa de hace ahora unos años, sí, aquella en la que iba el Carlinhos Braun, o como se escriba, otro millón y pico. Esos actos no me gustan, no hay espacio, empujones, agobio, calor, stress, no va conmigo.
Pero ayer descubrí una cosa. Os comento. El barrio de la Barceloneta, y esto va un poco dirigido a la gente que lee desde lugares lejanos, es decir, como lejano entiendo más allá de 300 km, pero sé que hay gente que está a miles de kilómetros, pues eso. Es un barrio humilde, que se encuentra cercano al puerto de Barcelona, a lo que se entiende como el puerto antiguo, para ubicarse bien, se puede preguntar por el Palau de Mar, o el Moll de la fusta, y de pronto os encontraréis con una serie de edificios todos diferentes, porque cuando ese barrio se formó, las leyes urbanísticas estaban de vacaciones, todos son particulares, cada uno tiene su cosa que lo hace único. Edificios coronados por un enjambre de antenas de televisión, creo que en mi vida he visto tantas antenas en tan pocos metros, da la sensación de que cada vecino tiene su conexión con un mundo alienígena, porque las hay a miles.
Este barrio se formó por una cuestión eminente, la pesca, nació de la proximidad con el puerto de barcelona, hoy en día, en el paseo de Joan de Borbó, podemos encontrar muchos restaurantes que están dedicados al pescado y marisco, ahora son más atracción turística, que lugares donde deleitarse con un buen manjar, pero siguen recordando que allí la tierra era tal vez el tesoro de aquellos pescadores, que ubicaban su corazón en el mar, y su familia en la Barceloneta.
El barrio está lleno de calles estrechas, para mí era un lugar desconocido, apenas recordaba de mi infancia que aquel barrio se identificaba con dos cosas, las gambas, y la venta de electrodomésticos a precios reducidos, quien de Barcelona y provincia no ha ido en su tiempo a comprar algo allí, los radiocasettes del coche, tal vez algún ordenador, tal vez un Amstrad, o un Spectrum, o una cámara de fotos, juegos, etc. En esas calles estrechas hay un color especial, hasta me atrevería a decir que hay un olor especial. Paseas y cierras los ojos, y no paras de escuchar los sonidos que producen las gaviotas, dueñas del cielo, y en espera de que llegue la noche, para bajar a buscar los restos que los humanos dejamos por todos los lados. Aquí ellas son la dueñas, aquí las palomas no tienen reino, están desahuciadas.
Entre los rincones podemos encontrar verdaderas cosas interesantes, bares como hace años que no veía, es decir, de los antiguos, antiguos, restaurantes de gusto, donde el menú se va de los 100€ por persona, eso sí, el producto vale la pena, bodegas arcaicas, junto con otras que son glamour y buen gusto, colmados de toda la vida, junto con negocios regentados por pakistanís, que no cierran nunca, y eso a veces es una ventaja. Las panaderias no son como las que yo conozco, son diferentes, se respira otro aire, y hay una variedad de panes que no se encuentran en otros sitios, panes tostados a la leña con frutas, y mil delicias más. Triunfan las tapas, y entre la más conocida de la zona, la Bomba, dicen que invento de ese barrio, pero ya se sabe, agenciarse la paternidad es algo muy habitual, no tanto es cuando te cuesta dinero. Un lugar que no he probado, y que tengo ganas de ir, la Cova Fumada, creo que se llama, una cola tremenda siempre, y eso que abren cuando les place, porque los horarios son raros. Es una especie de bar-restaurante-taberna, y la verdad es que no me queda muy claro que voy a desgustar, pero que está lleno siempre, eso seguro, con sus mesas de madera, y con un aspecto especial.
El mercado es pequeño, pero no deja de ser pintoresco, un sábado por la mañana es su mejor momento, allí ves que la gente se saluda, que comparten cháchara, que abren el negocio para hacer negocio, pero que no se preocupan si alguien viene a darles un poco de conversación, se respira barrio. Además tiene equipamientos interesantes, existe un centro cívico, hervidero de actividades, allí todo el día está saliendo y entrando gente, de todas las edades, niños, jovenes, adultos, ancianos, no lo voy a negar, hasta yo formo parte de su clientela, mi primer curso de baile, con el cha-cha-cha, el bolero, el valls en sus versiones de inglés y vienés, tango europeo, pasodoble, que es uno de los bailes que más me está sorprendiendo, porque lo veía soso, pero que poco a poco me está cogiendo gusto.
Como podéis comprobar, este barrio es una zona muy especial. También tiene sus cosas negativas. En especial voy a tirar un dardo venenoso, hace poco en Cuatro, se emitió un video reportaje sobre el barrio, yo no voy a defender a nadie, pero fue lastimoso ver cómo se iban a buscar a lo peor, y allí hacían ellos su campaña, mostrando lo oscuro de un barrio como otro cualquiera. Es cierto que el origen humilde de este barrio se mantiene, no es, digamos de otra manera, Pedralbes, pero tampoco es un antro. Cierto es que hay zonas donde se juntan unos personajes, que no me los quiero encontrar yo de noche, pero también es cierto que si no molestas, no molestan, porque a fin de cuentas es también su barrio, y allí no son malos.
Una de las cosas que menos me gusta de este barrio, la masificación que hay de turismo, es casi imposible no cruzarse con 15 personas, y escuchar 5 o 6 idiomas diferentes, esto hace que los precios de casi todos los servicios sean caros, pero más en la periferia, que en el mismo barrio.
A lo que iba, que me enrollo como una persiana. Ayer descubrí los coros, que son, son las ACH, Asociación Corista Humorista. Todo esto viene de años a, donde el señor Anselm Clavé, sí, ése que le da nombre a muchos colegios y calles en Catalunya, montó allá por el año 1852, una asociación corista, que con el paso de los años ha ido derivando en lo que ahora muestro.
Se trata de una fiesta de barrio, que coincide con la segunda pascua, más o menos la fecha es variable, pero el día álgido corresponde normalmente, con el primer lunes de junio. Se trata de una fiesta que está basada en los coros, los coros no son otra cosa que la unión de las gentes del barrio, por zonas, por núcleos, donde normalmente los núcleos son bares de la zona, recordemos que hoy en día todo cuesta dinero, y que uno de los pocos medios para conseguirlo es la ingesta del alcohol, y en estas fiestas se ingiere mucho, jajajaja.
La fiesta comienza el viernes, donde unos 20 coros o también los podemos llamar comparsas, van desfilando por el barrio, a modo de rúa, cada una diferente, cada una de un color, con su música, en tiempos ha, se cantaban canciones de letras inventadas y satíricias o irónicas, pero esto se ha perdido un poco, me imagino que un estilo de las chirigotas, sin llegar a ellas, porque lo siento, pero Cádiz es Cádiz, incomparable. Estos coros van cada uno con su banda, y un grupo de animadores, o animadoras, tema este especial, ya que en la antigüedad no estaba permitido la participación de la mujer, ahora hay hasta varios coros fundados, dirigidos y organizados por mujeres. Van pasando por diferentes calles, haciendo paradas en las puertas de los bares, tal vez propio, o tal vez rival, ubican la música, y montan la fiesta. Unos coros tienen más o menos ensayada la coreografía, otros son una pasada, cuidan y miman el detalle. Pero todo esto suele ser el viernes, porque el sábado al mediodía no queda nadie en las calles. Se marchan.
Es un rito ancestral, es un poco la fiesta del pescador. Iniciaba su fiesta un viernes después de la semana de pesca, y hacía su pasacalles. Luego marchaba al interior de Catalunya, con su producto lleno de escamas, allí, en los pueblos del interior, hacían su intercambio, pescado por cárnicos, sobre todo el producto típico catalán, el fuet, también pollos, marranos, y diversidad de animales, y para proclamar y disfrutar del intercambio, se montaba la gran fiesta en esos pueblos. Eso era el fin de semana. Luego con el lunes festivo de la segunda pascua, volvían a casa, y lo hacían llenos de júbilo por haber realizado negocio, se llega a comentar que se trataba de salidas a realizar caza, pero no me lo creo mucho, más bien era una manera de confraternizar con otras formas de vivir, y sobre todo de beber y comer jajajaja... El lunes es la gran fiesta, por la tarde-noche, recomiendo ubicarte en frente de unos de los bares de la zona, suelen estar marcados porque hay vallas del ajuntament de Barcelona, y verás que delante tuyo pasarán todos los coros. Es jolgorio, imposible que los pies no bailen, que el cuerpo no se mueva al són de la música, las batucadas te hacen estremecer, y hasta yo movía ayer la cintura, que como voy perdiendo peso, empiezo a saber lo que es, jejejeje..
La gente transmite alegría, desde el señor mayor que baila de puta madre, y lo digo así, hasta el peque que apenas con cuatro o cinco añitos, agita la bandera y tiene un baile de cintura y pies, que muchos adultos quisieran, chicas jóvenes y guapas lucen buen escote y manera de baile, hombres estupendos y guapos bailan al son de bandas que animan el cotarro, también hay más normalitos, no vayáis a creer que todo es glamour, que la gente del barrio es normal, con sus barriguitas, con sus pelos, con sus pintas, la idea es disfrutar.
El momento mágico es sobre las once de la noche, más o menos cada coro llega a su bar a esa hora, y allí se monta la gorda, porque para ellos significa el final de la fiesta, un año de espera, entonces la comparsa o coro se desvive, su baile se convierte en bullicio, magnificiencia, se contagia, dan ganas de ponerte allí con ellos, además todo se adereza con fuegos artificiales, danzas bajo las chispas de las bengalas, música que sube de tono, la banda se mueve bajo el fuego, el movimiento es sensual y mágico, es uno de los instantes que no olvidaré nunca en mi vida...
El año próximo no me lo pierdo !!!!!!!
Hay cosas que a veces te sorprenden, unas por ingratas e injustas, otras por inesperadas y dolientes, y luego vienen las que más gracia te hacen, las que te deshubican.
Hoy hablaré de estas últimas, ya que por una vez, y sin ser muy amante de Barcelona, que en parte es una ciudad que me encanta, pero por otra me siento muchas veces agobiado por actos que se organizan, y que no son otra cosa que un aglutinador de gente en forma "bestia", recuerdo por un momento dos actos, celebración de la champions de este año, casi un millón de personas, o la rúa de hace ahora unos años, sí, aquella en la que iba el Carlinhos Braun, o como se escriba, otro millón y pico. Esos actos no me gustan, no hay espacio, empujones, agobio, calor, stress, no va conmigo.
Pero ayer descubrí una cosa. Os comento. El barrio de la Barceloneta, y esto va un poco dirigido a la gente que lee desde lugares lejanos, es decir, como lejano entiendo más allá de 300 km, pero sé que hay gente que está a miles de kilómetros, pues eso. Es un barrio humilde, que se encuentra cercano al puerto de Barcelona, a lo que se entiende como el puerto antiguo, para ubicarse bien, se puede preguntar por el Palau de Mar, o el Moll de la fusta, y de pronto os encontraréis con una serie de edificios todos diferentes, porque cuando ese barrio se formó, las leyes urbanísticas estaban de vacaciones, todos son particulares, cada uno tiene su cosa que lo hace único. Edificios coronados por un enjambre de antenas de televisión, creo que en mi vida he visto tantas antenas en tan pocos metros, da la sensación de que cada vecino tiene su conexión con un mundo alienígena, porque las hay a miles.
Este barrio se formó por una cuestión eminente, la pesca, nació de la proximidad con el puerto de barcelona, hoy en día, en el paseo de Joan de Borbó, podemos encontrar muchos restaurantes que están dedicados al pescado y marisco, ahora son más atracción turística, que lugares donde deleitarse con un buen manjar, pero siguen recordando que allí la tierra era tal vez el tesoro de aquellos pescadores, que ubicaban su corazón en el mar, y su familia en la Barceloneta.
El barrio está lleno de calles estrechas, para mí era un lugar desconocido, apenas recordaba de mi infancia que aquel barrio se identificaba con dos cosas, las gambas, y la venta de electrodomésticos a precios reducidos, quien de Barcelona y provincia no ha ido en su tiempo a comprar algo allí, los radiocasettes del coche, tal vez algún ordenador, tal vez un Amstrad, o un Spectrum, o una cámara de fotos, juegos, etc. En esas calles estrechas hay un color especial, hasta me atrevería a decir que hay un olor especial. Paseas y cierras los ojos, y no paras de escuchar los sonidos que producen las gaviotas, dueñas del cielo, y en espera de que llegue la noche, para bajar a buscar los restos que los humanos dejamos por todos los lados. Aquí ellas son la dueñas, aquí las palomas no tienen reino, están desahuciadas.
Entre los rincones podemos encontrar verdaderas cosas interesantes, bares como hace años que no veía, es decir, de los antiguos, antiguos, restaurantes de gusto, donde el menú se va de los 100€ por persona, eso sí, el producto vale la pena, bodegas arcaicas, junto con otras que son glamour y buen gusto, colmados de toda la vida, junto con negocios regentados por pakistanís, que no cierran nunca, y eso a veces es una ventaja. Las panaderias no son como las que yo conozco, son diferentes, se respira otro aire, y hay una variedad de panes que no se encuentran en otros sitios, panes tostados a la leña con frutas, y mil delicias más. Triunfan las tapas, y entre la más conocida de la zona, la Bomba, dicen que invento de ese barrio, pero ya se sabe, agenciarse la paternidad es algo muy habitual, no tanto es cuando te cuesta dinero. Un lugar que no he probado, y que tengo ganas de ir, la Cova Fumada, creo que se llama, una cola tremenda siempre, y eso que abren cuando les place, porque los horarios son raros. Es una especie de bar-restaurante-taberna, y la verdad es que no me queda muy claro que voy a desgustar, pero que está lleno siempre, eso seguro, con sus mesas de madera, y con un aspecto especial.
El mercado es pequeño, pero no deja de ser pintoresco, un sábado por la mañana es su mejor momento, allí ves que la gente se saluda, que comparten cháchara, que abren el negocio para hacer negocio, pero que no se preocupan si alguien viene a darles un poco de conversación, se respira barrio. Además tiene equipamientos interesantes, existe un centro cívico, hervidero de actividades, allí todo el día está saliendo y entrando gente, de todas las edades, niños, jovenes, adultos, ancianos, no lo voy a negar, hasta yo formo parte de su clientela, mi primer curso de baile, con el cha-cha-cha, el bolero, el valls en sus versiones de inglés y vienés, tango europeo, pasodoble, que es uno de los bailes que más me está sorprendiendo, porque lo veía soso, pero que poco a poco me está cogiendo gusto.
Como podéis comprobar, este barrio es una zona muy especial. También tiene sus cosas negativas. En especial voy a tirar un dardo venenoso, hace poco en Cuatro, se emitió un video reportaje sobre el barrio, yo no voy a defender a nadie, pero fue lastimoso ver cómo se iban a buscar a lo peor, y allí hacían ellos su campaña, mostrando lo oscuro de un barrio como otro cualquiera. Es cierto que el origen humilde de este barrio se mantiene, no es, digamos de otra manera, Pedralbes, pero tampoco es un antro. Cierto es que hay zonas donde se juntan unos personajes, que no me los quiero encontrar yo de noche, pero también es cierto que si no molestas, no molestan, porque a fin de cuentas es también su barrio, y allí no son malos.
Una de las cosas que menos me gusta de este barrio, la masificación que hay de turismo, es casi imposible no cruzarse con 15 personas, y escuchar 5 o 6 idiomas diferentes, esto hace que los precios de casi todos los servicios sean caros, pero más en la periferia, que en el mismo barrio.
A lo que iba, que me enrollo como una persiana. Ayer descubrí los coros, que son, son las ACH, Asociación Corista Humorista. Todo esto viene de años a, donde el señor Anselm Clavé, sí, ése que le da nombre a muchos colegios y calles en Catalunya, montó allá por el año 1852, una asociación corista, que con el paso de los años ha ido derivando en lo que ahora muestro.
Se trata de una fiesta de barrio, que coincide con la segunda pascua, más o menos la fecha es variable, pero el día álgido corresponde normalmente, con el primer lunes de junio. Se trata de una fiesta que está basada en los coros, los coros no son otra cosa que la unión de las gentes del barrio, por zonas, por núcleos, donde normalmente los núcleos son bares de la zona, recordemos que hoy en día todo cuesta dinero, y que uno de los pocos medios para conseguirlo es la ingesta del alcohol, y en estas fiestas se ingiere mucho, jajajaja.
La fiesta comienza el viernes, donde unos 20 coros o también los podemos llamar comparsas, van desfilando por el barrio, a modo de rúa, cada una diferente, cada una de un color, con su música, en tiempos ha, se cantaban canciones de letras inventadas y satíricias o irónicas, pero esto se ha perdido un poco, me imagino que un estilo de las chirigotas, sin llegar a ellas, porque lo siento, pero Cádiz es Cádiz, incomparable. Estos coros van cada uno con su banda, y un grupo de animadores, o animadoras, tema este especial, ya que en la antigüedad no estaba permitido la participación de la mujer, ahora hay hasta varios coros fundados, dirigidos y organizados por mujeres. Van pasando por diferentes calles, haciendo paradas en las puertas de los bares, tal vez propio, o tal vez rival, ubican la música, y montan la fiesta. Unos coros tienen más o menos ensayada la coreografía, otros son una pasada, cuidan y miman el detalle. Pero todo esto suele ser el viernes, porque el sábado al mediodía no queda nadie en las calles. Se marchan.
Es un rito ancestral, es un poco la fiesta del pescador. Iniciaba su fiesta un viernes después de la semana de pesca, y hacía su pasacalles. Luego marchaba al interior de Catalunya, con su producto lleno de escamas, allí, en los pueblos del interior, hacían su intercambio, pescado por cárnicos, sobre todo el producto típico catalán, el fuet, también pollos, marranos, y diversidad de animales, y para proclamar y disfrutar del intercambio, se montaba la gran fiesta en esos pueblos. Eso era el fin de semana. Luego con el lunes festivo de la segunda pascua, volvían a casa, y lo hacían llenos de júbilo por haber realizado negocio, se llega a comentar que se trataba de salidas a realizar caza, pero no me lo creo mucho, más bien era una manera de confraternizar con otras formas de vivir, y sobre todo de beber y comer jajajaja... El lunes es la gran fiesta, por la tarde-noche, recomiendo ubicarte en frente de unos de los bares de la zona, suelen estar marcados porque hay vallas del ajuntament de Barcelona, y verás que delante tuyo pasarán todos los coros. Es jolgorio, imposible que los pies no bailen, que el cuerpo no se mueva al són de la música, las batucadas te hacen estremecer, y hasta yo movía ayer la cintura, que como voy perdiendo peso, empiezo a saber lo que es, jejejeje..
La gente transmite alegría, desde el señor mayor que baila de puta madre, y lo digo así, hasta el peque que apenas con cuatro o cinco añitos, agita la bandera y tiene un baile de cintura y pies, que muchos adultos quisieran, chicas jóvenes y guapas lucen buen escote y manera de baile, hombres estupendos y guapos bailan al son de bandas que animan el cotarro, también hay más normalitos, no vayáis a creer que todo es glamour, que la gente del barrio es normal, con sus barriguitas, con sus pelos, con sus pintas, la idea es disfrutar.
El momento mágico es sobre las once de la noche, más o menos cada coro llega a su bar a esa hora, y allí se monta la gorda, porque para ellos significa el final de la fiesta, un año de espera, entonces la comparsa o coro se desvive, su baile se convierte en bullicio, magnificiencia, se contagia, dan ganas de ponerte allí con ellos, además todo se adereza con fuegos artificiales, danzas bajo las chispas de las bengalas, música que sube de tono, la banda se mueve bajo el fuego, el movimiento es sensual y mágico, es uno de los instantes que no olvidaré nunca en mi vida...
El año próximo no me lo pierdo !!!!!!!
Article aportat per VEI
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