Peritos, alcaldes y administraciones han empezado a realizar el balance de los daños del temporal que ha azotado el litoral de Girona y el barcelonés. De momento, una cosa está clara: la factura será millonaria. Puertos, paseos marítimos, playas, edificios, embarcaciones y diversas infraestructuras han quedado arrasados en muchos kilómetros del litoral catalán.
En Barcelona, los daños de las playas se concentraron en las de la Barceloneta, Mar Bella y Llevant. Las playas de la Nova Icària y Sant Sebastià, que tienen espigones de protección, han salido bien paradas del efecto del oleaje. "Está previsto que las obras de construcción de los espigones en la Barceloneta y la Mar Bella empiecen en enero", comentó la regidora Imma Mayol. El desastre en algunas playas -que ha afectado a conducciones de agua y luz- no se aleja demasiado del que sufrieron en otro temporal en 2001, cuando perdieron 80.000 metros cúbicos de arena.
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