dimecres, 5 de desembre del 2007

EL G-14 (ALÍ BABÁ Y LOS 40 LADRONES)

V.E.I
VÍCTIMA
ESPECULACIÓN
INMOBILIARIA

Leo con estupefacció las siguientes declaraciones en el diario: "El precio de los pisos volverá a subir de forma vertiginosa en el plazo de dos años". Tal "perla" la soltó Fernando Martín el día 24/10/2007 y posteriormente salió en todos los diarios y televisiones. Os preguntaréis, ¿quién es ese tipo? Quien no lo sepa ya, sólo decirle que es el presidente del G-14, el grupo de las 14 mayores inmobiliarias españolas. Para más inri, asusta todavía más al gobierno y a los sectores reticentes con este circo de la especulación inmobiliaria con la siguiente frase: "Auguro problemas en el empleo en seis meses si la promoción de pisos nuevos sigue descendiendo". Viendo a las vacas flacas llegar, quiere meter miedo al gobierno para que ayude a un sector "clave" de nuestra economía.

Por supuesto, el gobierno tragará y el mismo día salió nuestra ministra de Vivienda, Carme Chacón, "pidiendo a las entidades financieras que no reduzcan el crédito a las empresas inmobiliarias y promotoras que afrontan su actividad con un razonable riesgo". El eterno matrimonio entre bancas y promotoras: lo que el mercado unió, que no lo separe nadie. Aunque seguro que, aparte de la inestimable ayuda de la banca, el gobierno también contribuirá a que a este enfermo se le pase esta fiebre pasajera con algunas partidas ocultas de los presupuestos -o políticas como la ayuda al alquiler, que de ayuda no tiene nada precisamente-.

Curiosa la afirmación de que las inmobiliarias realizan su actividad con riesgo, ¿acaso no sabe, ministra, que toda actividad mercantil puede tener sus peligros? Una panadería, lavandería, videoclub, papelería, lo que sea, tiene el riesgo de quebrar a las primeras de cambio. Pero al menos estas actividades no juegan con nuestras vidas de una manera tan rastrera como lo hacen los especuladores. Que un gobierno llamado socialista pida ayuda para la gente que está amargando la vida del pueblo llano es para reírse. La oposición no le va a la zaga e incluso en algunos aspectos puede ser hasta peor.

Para muestra, un botón: hace 3 ó 4 meses escuché que el presidente de los agentes inmobiliarios pedía la eliminación de los contratos de alquiler de renta antigua. Que eran un lastre para el sector y la economía. Atónito, leo como el representante de la oposición le contesta con un "nos pensaremos en un futuro apoyar esta propuesta". ¿Se cree que eliminando la declaración de la renta para los/as mileuristas se va a poder pagar los alquileres que se están pidiendo? ¿Quiere esta gente que el pueblo nos levantemos y demos un golpe de Estado o algo parecido? Mierda de clase política que tenemos en este país.

Pero sigamos con Alí Babá, si en dos años no se agilizan los plazos para urbanizar suelo, los precios de la vivienda se dispararán. ¿Es que no ha habido ya deterioro suficiente de nuestro paisaje? La costa da pena y el interior está "trabajando duro" para llegar a los mismos extremos de la sinrazón del cemento. ¿Este tío no quiere que sus hijos vean verde o playas sin asfaltar -Cabo de Gata, resiste-? ¿El verde que más le gusta es el de los campos de golf o de fútbol?

¿No sabe que España es el país de Europa que más vivienda construye por año? Tanto, que podría abastecer a la demanda anual de la antigua UE-15. El problema no está en la falta de vivienda, de hecho, sobran. Lo demuestran las bajadas de ventas en las típicas urbanizaciones. La ciudad es otra historia y la especulación campa por doquier. La cuestión es que hay mucha segunda o tercera residencia (mucha gente colecciona pisos como si fueran tebeos, ¡vaya afición!) y la vivienda está inmersa en el capitalismo más salvaje. La solución no está en construir más, sino en regular un sector básico para la sociedad y que va cogiendo tintes mafiosos a pasos agigantados.

Respecto a la caída de empleo, personalmente creo que la construcción es "pan para hoy y hambre para mañana". El suelo es finito y tiene sus límites, por lo tanto, no se puede estar edificando infinitamente. Al acabarse el suelo, se acaba el trabajo. Esto no es alarmante, lo alarmante y vergonzoso es que la novena economía mundial tenga que depender de un sector tan frágil y que aporta tan poco a la economía como el de la construcción. Haced una formación profesional más práctica y real y evitad tanta deslocalización -entre otras medidas, no todo es tan fácil-, y ya veréis como no hace falta construir tanto bloque de cemento.

1 comentari:

Anònim ha dit...

felicidades, muy bueno el artículo.

Los especuladore manipulan y sus lacayos los políticos como perros corren detrás de ellos a reiles las gracias.
cuando el amo les llama ellos como buenos perros corren