Para reivindicar, la imaginación al poder. Este es el lema que cada vez más usan las asociaciones de vecinos para hacerse oir y que sus quejas lleguen lejos. Las manifestaciones y las recogidas de firmas siguen a la orden del día pero ahora comparten espacio con las nuevas tecnologías, el entretenimiento y el sentido del humor como nuevas fórmulas de protesta. Las agendas de actos de las entidades se llenan de chorizadas populares (para quejarse de la corrupción), excursiones que recorren zonas donde se especula o colectas de dinero para llevar a cabo nuevas acciones. "Hacemos todo lo que podemos, abrimos la mente y cogemos todo lo que tenemos a mano", explica Àngels, de Salvem La Rotonda. Ellos repartieron 10.000 puntos de libro para denunciar el estado del mítico edificio de Sant Gervasi y preparan el nuevo curso reivindicativo con actividades literarias. Otras entidades han hecho de internet sus armas de batalla. Los vecinos de L'Òstia en Barceloneta graban videos y los publican en Youtube, además de usar Facebook como canal de comunicación. "Las nuevas tecnologías nos ayudan mucho a difundir proyectos", explican.
El elemento diferenciador es clave
Article publicat en el diari QUÉ
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