dimecres, 3 de març del 2010

Rebautizan una calle de la Barceloneta como "Calle de Pepe Rubianes"

Nadie olvida a Pepe Rubianes. Ni sus seguidores ni sus amigos, por supuesto. Así lo demostraron ayer, el día en que se cumplía el primer aniversario de su fallecimiento. No faltó el boato del bautizo con su nombre de la sala donde el humorista que se definía «galaico-catalán» triunfó con sus últimos espectáculos. Desde ayer, el espacio principal del Club Capitol ya no tendrá el aséptico y frío nombre de Sala 1. Será la Sala Pepe Rubianes. Manel Fuentes pilotó la iniciativa al hacer en directo su programa, El matí de Catalunya Ràdio, desde el teatro de la Rambla.
Fuentes, buen amigo de Rubianes, convocó a otros colegas en una matinal en la que lógicamente también estuvo María José Balañá como propietaria del teatro. La lista de invitados era propia de un gran acontecimiento: Joan Manuel Serrat, Joan Gràcia (Tricicle), Toni Soler, Andreu Buenafuente, Albert Om, Carles Flavià, Joan Lluís Bozzo... Todos apuntaron sus anécdotas al lado de un personaje irrepetible y Serrat, por ejemplo, cantó en directo acompañado de una guitarra Cançó de bressol, una pieza de la que Rubianes se adjudicaba la paternidad, explicó.

PELÍCULA Y POEMAS / Durante el programa, Jaume Roures, de Mediapro, anunció que su productora tiene previsto hacer «una película o un documental» para recoger su memoria. La hermana del homenajeado, Carmen, también reveló que en Sant Jordi se publicará el libro de poesía que el actor escribió dedicado a África, su segunda residencia y una de sus grandes pasiones.
Muchos de los que se citaron en el Capitol ya lo habían hecho la noche anterior en la Barceloneta. Esta vez, la convocatoria no tenía la pompa del día siguiente; era más canalla, más rubianesca. El autodenominado comando Las viudas de Pepe (los Flavià, Gràcia, Bozzo...) perpetró una acción, pacífica claro, en un barrio muy vinculado a la vida del humorista. Qué mejor manera de recordarlo que otro bautizo, en este caso el de una de las calles más relevantes de la Barceloneta, Almirall Cervera.
Auxiliados por una escalera, fueron enganchando en las placas de mármol una nueva inscripción en la que se leía: carrer de Pepe Rubianes, actor galaico-català. Lo que probablemente no recordaban Las viudas de Pepe es que su iniciativa no era pionera. En las pasadas fiestas de Gràcia, los vecinos de Sant Pere Màrtir dedicaron su calle al humorista. La inscripción todavía sigue allí.
Ahora solo cabe aguardar a que el Ayuntamiento recoja el guante. Pero no será cuestión de semanas, ni de meses. La normativa estipula un tiempo de espera de cinco años desde el fallecimiento del personaje.

Publicat per JOSÉ CARLOS SORRIBES en el Periódico