divendres, 5 de setembre del 2008

Incivismo y alarma social en La Barceloneta

El aumento de la indigencia en el barrio de La Barceloneta no requiere como solución más efectivos policiales, medida con la que muchos vecinos se han mostrado en desacuerdo después de la noticia aparecida hoy en El Periodico de Catalunya y els Matins de TV3.

Las transformaciones que ha sufrido en los últimos años La Barceloneta y aquellas a las que se ha visto encaminada por el distrito fomentan un barrio turístico, en el que las desigualdades sociales no pueden sino crecer. La criminalización de la pobreza no aporta nada en el camino hacia su erradicación.

El verano de 2008 sólo ha servido para visibilizar una realidad sufrida por los vecinos cada día más auspiciante. Calificar la pobreza de incivismo implica negar que hay un problema de fondo que radica en la generación de desigualdades sociales. La pobreza más visible, la de los indigentes, viene de la mano de una pobreza más sutil de gente que no llega a fin de mes o del que cada mes no puede pagar su vivienda.

Evidentemente es un tema peliagudo, ya que la criminalización del pobre (muchas veces auspiciada por el Ayuntamiento, como con la ordenanza del civismo, y recogida por los medios de comunicación) tiene una gran aceptación social a nivel de opinión en épocas de crisis, ya que todos nadie quiere ver el reflejo del posible descenso social que se presenta como una amenaza. Sin embargo, es inaceptable que las demandas sociales de un barrio sean dictadas por asociaciones muy cercanas a algunos comerciantes, quienes han manifestado en diversas ocasiones su intención de tener un barrio de lujo con comercio de lujo, y su voluntad de que los comercios de personas de fuera (inmigradas) desaparezcan.

Las medidas reclamadas, además, también afectan a los vecinos de La Barceloneta, habiéndose encontrado ya más de una vecina en la situación de que los agentes de seguridad le llaman la atención por estar sentada en la acera de su casa; o por tender la ropa de cara o a pie de calle.

El aumento de personas sin techo no es sino un anuncio de lo que sucederá en los próximos años en La Barceloneta. Pero no porque falten efectivos policiales, sino porque un barrio diseñado sólo para el turismo y al margen de su población es un barrio al que también acude el turismo barato y los "rateros". Esto es perfectamente comprensible en una ciudad que sólo aplica políticas asistenciales insuficientes y medidas económicas que únicamente ayudan a aumentar la exclusión y la desigualdad social, y que, evidentemente, no puede obligar a sus pobres a dejar de tener hambre.

En La Barceloneta el supuesto conflicto ha crecido a raíz de la aprobación del "plan de los ascensores" y del fomento de un barrio turístico, prueba de que la solución no es más policía es que el conflicto ha aparecido en los últimos años, no hace nueve cuando desapareció la antigua comisaría.


Plataforma d'afectats en Defensa de La Barceloneta

AVV l'òstia