dissabte, 11 de setembre del 2010

CADAQUÉS EMIGRA A CHINA

LA VANGUARDIA, 08/07/2010

(POR LAURA FREIXAS)


Cadaqués, ¿un pueblo único…? Eso sería antes. Hoy existe ya un Cadaqués bis en la República Dominicana, y pronto habrá otro en China: La Vanguardia daba la noticia de que técnicos de ese país habían visitado el pueblo para tomar medidas y hacer fotos… Es difícil no estar de acuerdo con Xavier Casas i Curtó, que en la sección de Cartas de los lectores (2/VII/2010) arremetía contra la “falta de imaginación sumada al estilo global”, que permite construir cualquier cosa en cualquier parte sin tener en cuenta el entorno. ¿Cadaqués sin la larguísima carretera serpenteante? ¿Cadaqués sin el olor a farigola? ¿Sin el Cap de Creus y Portlligat? ¿Desligado de Pla, de Dalí, de Esther Tusquets…? Es difícil no sentir que lo que están haciendo esos chinos es una herejía. O el ridículo.

Y sin embargo…, pasado el arrebato del primer momento, deberíamos reflexionar. Del Empordà de Pla ¿qué queda? Algunas calas, algunas calles, algo quizá del espíritu de sus habitantes… perdidos entre autopistas, supermercados, veraneantes alemanes o rusos, carnicerías halal y mujeres tapadas. ¿Cuál es la alternativa? Algunos pueblos especialmente pintorescos se han preservado casi intactos… por fuera: por dentro, las casas ya no son casas sino restaurantes, joyerías o tiendas de souvenirs, como en Peratallada o Santorini. Son de verdad, pero tan relamidos ya, tan hueros, tan imitadores de sí mismos, que parecen cartón piedra.

Frente a esa autenticidad falsa, por imposible, la imitación tiene una gran virtud: nunca es del todo fiel, y termina por producir algo nuevo. Los rascacielos de Chicago o Nueva York imitan catedrales góticas y palacetes rococó, pero en unas proporciones gigantescas, que los convierten en algo sorprendente, de una belleza extraña, inesperada; Las Vegas, con su falso Gran Canal de Venecia en medio del desierto y un pseudo-palacio romano lleno de estatuas de césares ecuestres, entre cientos de máquinas tragaperras atronadoras, es un lugar extraordinario… ¿Por qué no esperar con curiosidad, en lugar de rechazo, ese Cadaqués chino con el nombre escrito en ideogramas y juncos , en vez de bous? ¿Por qué no aceptar que la imitación es legítima, y además potencialmente productora de originalidad y de belleza?... Seamos realistas: colaboremos con lo inevitable.

Article aportat per VEI